Si esperas leer una crítica cinematográfica, este no es el lugar. Aquí no se trata tanto de cine como de otra cosa.
La película comienza situándonos la acción en el espacio y en el tiempo: Coalfield, Durham, 1984. Estos datos por sí mismos nos anuncian lo que va a ocurrir a continuación.
Empecemos por el tiempo: 1984. No sabemos el mes, pero sí sabemos que de marzo de 1984 a marzo de 1985 tiene lugar en el condado de Durham la peor huelga en la historia del movimiento obrero, que se saldó con la victoria de Margareth Thatcher y del neoliberalismo.
Pero 1984 nos remite también a la novela de George Orwell, que desarrolla la acción en un país totalitario, con el ojo del Gran Hermano, que todo lo ve y todo lo reprime.
Según el filósofo y profesor de derecho internacional en Cambridgde, Philip Allott: “La democracia es una forma extrema de totalitarismo”. Las democracias, ahora apellidadas orwellianas, son “sistemas inhumanos”. “Nuestros deseos están determinados por el sistema: Deseamos como seres humanos lo que la sociedad desea que deseemos, y la gente normal no es consciente de ello”.
Los ciudadanos deben entregar sus mentes al sistema, que no es político o económico, sino un sistema de conciencia.
“Democracia y capitalismo no son los sistemas definitivos” hay que reformarlos, mejorarlos, humanizarlos.
También fue en 1984 cuando murió por causa del sida el filósofo y arqueólogo de la cultura Michel Foucault, para quien “El saber no es pura erudición, sino una mirada penetrante que destruye mitos y prejuicios, invitando al ser humano a recuperar la inocencia de la niñez, cuando la conciencia aún no se ha convertido en una cárcel del pensamiento”
Para muchas de las críticas sobre esta película, la huelga de mineros es el fondo sobre el que destaca la rebelión de Billy Elliot, así como el cementerio en el que está enterrada la madre, destaca sobre el fondo de la fábrica minera. Sin embargo, para el periodista Owen Jones fue “La canción del cisne del movimiento obrero británico” movimiento que tuvo su origen en Gran Bretaña.
La historia de Billy Ellliot es la del patito feo que nace entre patos adultos. Para Billy aún queda esperanza pero no para los otros. Así no es extraño que suene “El lago de los cisnes” de Tchaikovsky.
Para ver esta película hay que poner el punto de mira en la represión. A lo largo de la proyección aparecen las rebeliones de Tony y de su hermano de forma paralela, incluso desde el punto de vista fílmico. Pero finalmente son divergentes. Billy se libera mientras que Tony y su padre Jacky terminan vencidos.
La represión de un niño de 11 años que quiere hacer ballet en un barrio obrero, tiene su correlato en la rebelión de su hermano mayor, que se enfrenta a las fuerzas represoras del Estado.
Esto queda reflejado en el enfrentamiento de Tony a todo un batallón de policías, y que sigue la cámara a lo largo del pueblo y el baile de Billy, que se enfrenta a la represión de un sistema patriarcal y machista y que termina frente a un muro.
Quizá por todo esto, la película me emocionó.
Luis Fuentes Bustamante